martes, 10 de septiembre de 2013

Los niños aprenden lo que viven…

Si los niños viven con la crítica, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear. 
Si los niños viven con miedo, aprenden a ser aprensivos. 
Si los niños viven con lástima, aprenden a compadecerse a sí mismos. 
Si los niños viven con ridiculez, aprender a ser tímidos. 
Si los niños viven con celos, aprenden qué es la envidia. 
Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentirse culpables. 
Pero, si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con estímulos, aprenden a ser confiados. 
Si los niños viven con elogios, aprenden a apreciar. 
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse a sí mismos. 
Si los niños viven con aceptación, aprenden a encontrar amor en el mundo. 
Si los niños viven con reconocimiento, aprenden a tener un objetivo.
Si los niños viven compartiendo, aprenden a ser generosos. 
Si los niños viven con honestidad y equidad, aprenden qué es la verdad y la justicia. 
Si los niños viven con seguridad, aprenden a tener fe en sí mismos y en quienes los rodean. 
Si los niños viven en la amistad, aprenden que el mundo es un bello lugar para vivir. 
Si los niños viven con serenidad, aprenden a tener paz espiritual.

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